Muere “Pepe” Mujica a los 89 años, expresidente de Uruguay tras padecer cancer de esófago 

Uruguay se despide de Jose Mujica o, como comúnmente se le conocía, Pepe Mujica. El líder del Movimiento de Participación Popular ha muerto este martes a los 89 años. Fue expresidente del país entre 2010 y 2015 y eterna voz revolucionaria que ni el cáncer de esófago que padecía apagó.

«Te vamos a extrañar mucho viejo querido», ha firmado el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, en un mensaje publicado en su cuenta de X, en el que «con profundo dolor» ha comunicado el fallecimiento del que fue «su compañero» Pepe Mujica. «Presidente, militante, referente y conductor», ha manifestado el mandatario. «Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo», ha añadido.


Sentado en una silla, con una chaqueta de lana y rodeado de micrófonos, Mujica anunció el 29 de abril que padecía cancer de Esófago: «En mi vida, más de una vez anduvo la parca rodando el catre, pero me siguió pastoreando. Esta vez me parece que viene con la guadaña en ristre, y veremos lo que pasa». Con la sencillez que le caracterizaba, dentro y fuera de la política, habló de la muerte dando una lección de vida. «Morirse, hay que morirse. Pertenecemos al mundo de las cosas vivas, y en el mundo de las cosas vivas se nace signados para morir. Por eso la vida es una aventura formidable«, dijo.

A principios de enero, Mujica anunció que había dejado la medicación. «El guerrero tiene el derecho a su descanso», ha dicho en la que será su última entrevista. «Me quiero despedir de mis compañeros y de mis compatriotas, lo que pido es que me dejen tranquilo, que no me acosen con entrevistas al pedo y nada más. Se terminó mi ciclo hace rato. Sinceramente, me estoy muriendo».

fue elegido diputado por Montevideo del Frente Amplio, una formación política de izquierdas, con la que llegó a presidente de Uruguay en 2010. Alejado de todos los estándares, entendía la política como una forma de cambiar y mejorar la vida de la ciudadanía. Así, durante sus cinco años de mandato, aprovechó para aumentar el salario básico, legalizar el matrimonio gay y el aborto o reconocer el Estado de Palestina. Ahora, el país se despide del «guerrillero» que dio el salto a la Presidencia y se convirtió en un referente para la izquierda.

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